Ir al contenido principal

Historia del Mundo Según los ojos de un boricua.

La palabra mundo viene del latín mundus, y mundus a su vez es copia del griego "kósmos". La primera definición del diccionario es "conjunto de todo lo existente". De manera que si vamos a hablar de la historia del mundo, esa historia debe incluir todo lo existente, todo lo que hay en ese cosmos, junto con nosotros los seres humanos y todas nuestras aventuras y desventuras.


Pues bien, todo lo existente es mucha cosa y su historia cubre mucho tiempo. Antes de comenzar propiamente con la historia, creo necesario repasar par de cositas que todo el que pasó por escuela superior debe recordar. 


Como todo lo existente se compone de materia vamos a repasar la tabla periódica que estudiamos en la clase de química. Esta tabla recoge todos los elementos de los cuales todo esta hecho. Esos elementos son átomos. Los átomos se componen de un núcleo central rodeado de una nube de electrones girando alrededor del núcleo. El núcleo se compone de protones y neutrones, y el número de protones define el elemento. Por ejemplo, si el núcleo tiene 6 protones es carbón. Si tiene 8 protones es oxígeno y si tiene 79 protones es oro. 


La imagen representa el átomo y sus componentes, los electrones azules y los protones rojos y neutrones azul intenso en el núcleo. No son así en realidad, es más bien el núcleo rodeado de una nube de electrones, pero para propósitos de ilustrar conviene verlos así.

Image.jpeg


Los átomos que forman los elementos son irreducibles, o sea que no se pueden descomponer en otras cosas. Varios elementos enlazados hacen moléculas de sustancias, como el agua, por ejemplo, que se puede descomponer en dos partes hidrógeno y una parte oxígeno. El aire que respiramos es casi 4 partes nitrógeno y una parte oxígeno, más otro montón de gases en pequeñas proporciones. El agua es dos átomos livianos de hidrógeno enlazados a uno más grande de oxígeno, H2O. Las moléculas que forman nuestros cuerpos se componen casi todas de hidrógeno, carbón, nitrógeno, oxígeno, algo de azufre y entonces algunos otros elementos en menor proporción. 


Todos y cada uno de los átomos que componen nuestros cuerpos y los cuerpos de todo lo otro que vive en este planeta y el planeta mismo también se formaron dentro de gigantescas estrellas que explotaron hace miles de millones de años atrás. Ya abundaremos sobre eso en el capítulo Día I. 


Por ahora sencillamente vamos a recordar la tabla, con el sencillo y liviano pero reactivo como él solo hidrógeno, H, solito arriba en el extremo superior izquierdo, el carbón, C, nitrógeno, N, y oxígeno, O, juntitos abajo en la segunda fila. La plata, Ag, el oro, Au, y el plomo, Pb, elementos más pesados hacia abajo y al fondo los inestables y pesados uranio, U, y plutonio, Pu, con los que fabricamos reactores para plantas eléctricas o bombas nucleares, según sea la necesidad.


Image_1.jpeg



Okay, basta ya de química, vamos ahora a otro tema que también recordarán de la escuela, quizás con un poco de resentimiento: las matemáticas. No, no nos vamos a meter en álgebra ni mucho menos ecuaciones diferenciales, tranquilos. Pero si vamos a hablar de la historia del mundo es necesario digerir números grandes, pues el mundo ha existido por mucho, mucho tiempo. Miles de millones de años. 


Para digerir esos números vamos a hacer el siguiente ejercicio mental. Supongamos que a usted le ofrecen $1,000 para que se siente en una silla y cuente, en voz alta y sin interrupción, todos los números hasta 1,000. Sí, eso mismo, que  empiece "uno, dos, tres, cuatro, cinco ... " y siga en voz alta, sin detenerse hasta "... novecientos noventa y ocho, novecientos noventa y nueve, MIL!" ¿Usted lo haría? ¿Cuanto tiempo le tomaría hacerlo? Bueno, si estimamos que le va a tomar como un segundo por número pues son mil segundos. Con un poquito de aritmética sencilla calculamos que 1,000 segundos son casi 17 minutos. 


Digamos que se va a tardar 20 minutos, redondeando por leves pausas para coger aire o un sorbito de agua. ¡Claro que sí que lo haría! Yo lo haría varias veces al día si me dejan, chacho, mil pesitos achocao's ahí facilitos. 


Okay pero digamos ahora que al salir lo más contento con sus $1,000 se cruza por el camino con un listo buscón, un sobrino de Edu Inmundo de la juventud PNP, que le dice: "chacho, no sea pendejo, esos tipos se están aprovechando de ti, dame acá los $1,000 esos que yo te voy a llevar a donde te van a pagar $1 millón para que cuentes hasta 1 millón." ¿Usted lo haría? 


Claro que no, usted es más inteligente que eso. Un millón es mil veces mil, por eso se llama millón. Si me tomó 20 minutos contar hasta mil, me va a tomar 20,000 minutos contar hasta el millón, y la sencillo aritmética me dice que 20,000 minutos es casi dos semanas. Ningún ser humano puede estar hablando dos semanas sin parar, eso es imposible. 


Esa es la diferencia entre mil y un millón. Mil millones, lo que en inglés americano es "one billion, with a B" son 20 millones de minutos y eso equivale a unos 38 años. Mil segundos, un millón de segundos, mil millones de segundos; 20 minutos, dos semanas, 38 años. Si vamos a hablar de la historia del mundo, tenemos que considerar esos números pues es mucho, mucho tiempo.


Por último, otro asunto que vimos todos en las clases de ciencia en la escuela es el sistema solar. El sol es una estrella, una común y nada extraordinaria, y reside en una galaxia que llamamos la Vía Láctea. Es una de miles de millones de estrellas en la galaxia, algo así como una hoja de grama verde en el campo del Morro. Nuestro Sol tiene ocho planetas girando a su alrededor en órbitas casi circulares y más o menos en el mismo plano. Nuestro planeta Tierra es el tercero alejado del sol y el primero que tiene una luna. Otros planetas tienen más lunas, como el gigantesco (comparado con nosotros) Júpiter que tiene cuatro lunas grandes y como 12 otras menores. Las cuatro grandes, Io, Callisto, Europa y Ganímides van a ser protagonistas en una gran controversia que veremos en el último capítulo.


La idea de dividir la historia del mundo en estos días imaginarios con sus diferentes escalas de tiempo me viene en mente porque pienso que la historia como se enseña en las escuelas convencionales, presentada como un catálogo de reyes y emperadores, fechas y efemérides importantes resulta medio aburrido. Yo me dormía en las clases de historia en la escuela. Me parece que al presentarla en una escala de tiempo comprimida a un día de 24 horas le da la lector una mejor perspectiva del tiempo en el que se ubican esos personajes y esas fechas y lo hace más divertido. 


Bien, pues vamos entonces a describir como va a ser este libro. El mismo se compone de cinco capítulos: Día I, Día II, Día III, Día IV y Día V. Cada capítulo es todo un "día" imaginario en el cual vamos a comprimir el tiempo. Este día imaginario es la víspera de Año Nuevo, el 31 de diciembre, día en que uno normalmente anda preparándose para tremendo fiestón a la noche, vistiendo sus mejores telas, reunido con familiares y amistades contando las horas, los minutos y los últimos segundos hasta las 12 campanas de la medianoche, las 12 uvas que uno se come para tener buena suerte en el nuevo año, los fuegos artificiales, petardos y cornetas del ¡Feliz Año Nuevooo! Ese momento de las 12 campanas en nuestro día imaginario es el presente en nuestro mundo real, nuestra era de ahora, el año 2022 de nuestro calendario gregoriano en nuestro mundo moderno en el que vivimos todos. 


Image_2.jpeg



El día imaginario, igual que todos los días reales, comienza a las 0 horas, 0 minutos y 0 segundos de la madrugada justo después de las 23 horas, 59 minutos y 59 segundos de la medianoche del día anterior, en este caso el día 30 de diciembre. Vamos a usar el día completo de 24 horas, usando el reloj de 24 horas, en el que las 6 de la tarde son las 18:00 horas. Noten que las 24 horas contienen 1,440 minutos, o sea 86,400 segundos.


En cada uno de los días imaginarios vamos a comprimir el tiempo según una escala particular.


Por ejemplo, en el Día IV, la escala es que cada segundo de ese día imaginario representa un año en la realidad. En 24 horas hay 86,400 segundos, de manera que el Día IV comienza en la profunda prehistoria hace unos 86 milenios atrás. Yo nací 69 segundos antes del presente, o sea a las 23:58:51, faltando un minuto y pico para las 12 campanas y las doce uvas. Cristo andaba predicando hace 34 minutos. A las once menos cuarto de la noche las pirámides de Egipto eran nuevas de paquete, recién inauguradas. O sea que, el Día IV en nuestra historia del mundo, a razón de un año real por segundo, fue uno que la humanidad vivió en la pre-historia casi todo el día, hasta pasadas las 9 de la noche más o menos que es cuando comienzan a levantarse las primeras civilizaciones.


Okay, pues muy bien, basta ya de introducciones y explicaciones y vamos ahora con el primer día imaginario de nuestra Historia del Mundo vista por un boricua, el Día I.



                                   Día I


En este Día I la escala es tal que cada segundo equivale a 100 milenios en la realidad, o sea 100,000 años. Eso nos remonta a unos 8,640 millones de años atrás, el principio del Día I. El Sol, con sus 8 planetas incluida nuestra Tierra no existe todavía. Al comienzo del día a las 0:00:00 y durante toda la madrugada nuestro futuro sistema solar no es más que una gigantesca nube de polvo cósmico. Nuestro planeta Tierra se perdería dentro de esa nube como un granito de sal dentro de una piscina olímpica. 


Esa nube contiene materia de la tabla periódica completa, pero la enorme mayoría de esa materia gaseosa es hidrógeno, el elemento más abundante del universo. El famoso Big Bang, generalmente aceptado como el principio de este universo, ocurrió ayer, día 30 de diciembre, como al mediodía. Ya para el arranque de nuestro Día I se han formado millones de millones de estrellas en millones de galaxias por todo el cosmos. Cada galaxia es como un huracán, digamos, y cada estrella es como una gota de agua dentro de ese huracán. Algo así. 


Ya también han muerto en gigantescas explosiones muchos millones de esas estrellas. Todo ese ciclo de estrellas naciendo y muriendo es una enorme fábrica de materia, todos esos elementos que hay en la tabla periódica desde el sencillo y liviano hidrógeno, pasando por carbón, nitrógeno y oxígeno, luego por la plata, el oro y el plomo hasta los inestables y pesados uranio y plutonium. 


El cuerpo humano, igual que el cuerpo de las jirafas y también los árboles y las flores y las cucarachas se componen de millones sobre millones y más millones de átomos de esa tabla periódica. Todos y cada uno de esos átomos fueron creados dentro de esas estrellas y durante sus violentas explosiones que riegan la materia por todo el cosmos. Todos y cada uno de ellos, y son indestructibles. Cuando los místicos como Walter Mercado (QDEP) se ponen todos románticos y poéticos y dicen que "somos hijos de las estrellas" no se equivocan. Eso es exactamente lo que somos.


Durante la mañana de nuestro Día I en una de millones de galaxias que hay se va formando nuestra nébula que poco a poco se va consolidando, comprimiendo con la fuerza de gravedad y formando una enorme esfera hasta el punto que ya llegando al mediodía, hora del almuerzo, en el centro de esa esfera las temperaturas y la presión alcanzan unos niveles - astronómicos - que comienzan a ocurrir reacciones nucleares del tipo fusión. Los átomos de hidrógeno, con su singular protón en su núcleo, están tan calientes y tan apretados y tan excitados que se funden para crear el próximo elemento en la tabla, ahora con dos protones en el núcleo, helio. Esa reacción nuclear genera gigantescos niveles de energía, luz y calor. Es la manera en que nacen todas las estrellas, y ahora, casi a la hora de almuerzo en nuestro Día I, nace así el Sol. La galaxia donde nace el Sol recibirá el nombre "Vía Láctea" en un lejano futuro, y es una de miles de millones de galaxias que hay en este universo. 


Pues junto con el recién nacido Sol va girando a su alrededor un gigantesco disco de más materia, y esa materia se va consolidando a su vez en ocho bolitas girando alrededor del Sol. Cuatro de esas bolitas, las más cercanas al Sol, son pequeñas y rocosas. Las otras cuatro son más grandecitas y gaseosas. En un distante futuro se van a  llamar Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. Pero ahora, durante el mediodía en la hora de almuerzo y a razón de 100,000 años por segundo, ese disco de primitivos planetas es en extremo violento. Queda por todo ese disco todo un pedregal, un gravillero de roca lloviendo sobre los planetas, un bombardeo intenso. El tercer planeta, la futura Tierra, es una bola candente de lava bajo el intenso bombardeo cósmico. Es como si hubieran volcanes en erupción y violentos terremotos continuamente por toda su superficie. No hay atmósfera, ni océanos. 

Image_3.jpeg


En algún momento temprano en ese proceso recibimos un impacto apoteósico de un pedazo grande de roca, un gran asteroide que nos arranca un buen pedazo de materia y lo lanza hacia el espacio, pedazo que se queda girando alrededor de nosotros y forma a su vez una esfera también ... la Luna.


Ya entrada la tarde, recogiendo la trastera del almuerzo, se ha tranquilizado bastante el bombardeo y la superficie de la Tierra se empieza a enfriar. Esa superficie es casi todo hierro y níquel. Parecido a los meteoritos. No hay nada de atmósfera. Sí, la tabla periódica completa está presente, pero casi todo es hierro y níquel en la superficie. Llega un momento que toda esa capa de hierro y níquel pesa demasiado, no se sostiene y colapsa hacia la gelatina de magma caliente que hay dentro del planeta. Eso provoca que sustancias más livianas suban a la superficie y se forma una cáscara de piedras y arenas y una primitiva atmósfera. Ningún animal, mucho menos ningún mamífero, hubiera podido vivir ni un minuto respirando ese "aire". Ninguna planta verde tampoco. No, la vida vegetal y animal viene mucho más tarde.


Sin embargo, gran parte de esa atmósfera primitiva es vapor de agua. Sí, el agua es una sustancia muy común por todo el cosmos. Hasta en la luna hay agua. No lo suficiente para surfear, ni siquiera beber, pero sus moléculas de H2O están presentes en la Luna, sí señor. De hecho, hay una luna, creo que la grande de Saturno, que tiene más agua que nosotros aquí en la Tierra. Y eso es ahí al lado, como quien dice, en nuestra misma calle. El cosmos es un cosmos mojado, sí.


Bueno pues se sigue enfriando la Tierra y todo ese vapor de agua se va condensando y empieza a llover. Y llueve, y sigue lloviendo y no para de llover. Las dos de la tarde, las tres, y sigue lloviendo. A razón de 100,000 años por segundo, 6 millones de años por minuto, lloviendo. 


Les doy permiso a los religiosos a que hagan fiesta con lo que acabo de explicar. Que brinquen y salten y celebren jubilosos el "¡te lo dije!" ... que todo eso está en sus sagradas escrituras que hablan del diluvio. ¡Eso fue Dios! ¡Aaaayyy salaaama saya sojaa, aaaargrgrg!  ¡Bendito sea el nombre de Jesús! ¡Alábalo que vive!


Okay, está bueno ya. Volviendo a nuestra tercera bolita del sol, que ya entradas las cuatro de la tarde se comienza a despejar el cielo de nuestra primitiva atmósfera y entra la luz del sol a la superficie enchumbada de agua. Casi no hay terreno seco por ningún lado. Durante aquel bombardeo cósmico que vimos durante el almuerzo entró al planeta mucho material orgánico, es decir moléculas con espinazos de carbón que tienen el potencial de prender en vida. Ese material abunda por todo el cosmos. Son algo así como una semilla, o mejor dicho una espora que puede estar ahí como una pepita dura y seca por siglos y siglos, pero si cae en las condiciones adecuadas salen sus espigas verdes y florece, y produce más esporas para seguir con el jueguito.


Así comienza lo que llamamos vida en este planeta Tierra, entrada la tarde ya de nuestro Día 1. Primero se llenan aquellos primitivos océanos de bacteria, las procariotas, que son las más sencillas, sin núcleos. Luego evolucionan las eucariotas, con sus núcleos, siguen evolucionando y ahora son algas verde-azul que usan la luz del sol para hacer su alimento por medio de la fotosíntesis. Esto todo es materia que cualquiera que haya leído hasta este punto debe recordar de las clases de ciencia en la escuela superior.


Es necesario hacer una pausa aquí para describir lo que es la teoría científica de la evolución. Igual que la teoría científica de la gravedad, es algo muy real y muy presente y muy constante por todo el cosmos. Si dejas caer tu celular desde el balcón del quinto piso se va a hacer mierda cuando de contra el piso allá abajo. Siempre que lo hagas vas a ver el mismo resultado. No vas a ver una excepción a esa regla, nunca. La teoría científica de la gravedad así lo ordena, y no hay dios que altere su efecto. Igual con la evolución. 


El problema que tiene mucha gente, especialmente los religiosos, con la evolución es que la visualizan como una cadena y la descartan como ridícula. Como los eslabones en la cadena, primero viene uno, entonces sigue el otro, y el próximo, etc., y no, una gansa no pare un perro, claro que no. Pero la realidad del caso es que no es como una cadena con sus eslabones, es más bien como las raíces y las ramas de un árbol, que se van bifurcando y dividiendo hasta que cubren de miles de ramificaciones diferentes del tronco original. Si su mente religiosa le impide digerir esto, le recomiendo que deje de leer este libro y se vaya a hacer otra cosa que le aproveche mejor su tiempo.


Image_4.jpeg


 De manera que ya para el atardecer de nuestro Día I se ha llenado la primitiva atmósfera de un gas nuevo, el oxígeno molecular, O2, producto de la fotosíntesis. Sigue así el proceso de evolución de vida y se va llenando el planeta de vida microscópica. Vida unicelular, luego multicelular, amebas, algas, y eso. Le sigue la vida ya no tan microscópica, aguavivas primitivas y miles de otras especies similares. Se empieza a secar algo de tierra firme, cada vez más, y se va poniendo verde de musgos y hongos con el tiempo, ya anocheciendo nuestro día imaginario. Empiezan ya a aparecer montones de diferentes insectos.


Por la noche ya, como a las 10 de la noche, ocurre lo que se conoce como el período Cámbrico. Durante unos 100 millones de años (unos 17 minutos en nuestro Día I) de repente hay una explosión de especies de vida. Muchas ya muy complejas, compuestas de miles de millones de células, caracolitos primitivos, gusanos, erizos, terminando con peces ya con sus esqueletos vertebrados y ojos para ver y dientes para morder. Sapos y reptiles primitivos se empiezan a repartir por la tierra firma y seca. Plantas de muchas clases, marinas principalmente pero de tierra también.


Junto con esa explosión de vida y otras similares también ocurren episodios de extinción masiva. En estos episodios de extinción, de los cuales ya hemos registrado cinco grandes, algo sucede que provoca la muerte repentina de muchas especies; sesenta, ochenta porciento de la vida y más también. Eso se ve en franjas negras que descubren los geólogos entre las capas de la corteza de la Tierra y otras piezas de evidencia geológica.


El más reciente de esos episodios de extinción masiva ocurrió a las 11:49 de la noche, faltando 11 minutos para el Happy New Year!, las 12 campanas y las 12 uvas de nuestro Día I. En ese episodio se fueron los dinosaurios. Bendito, ellos llevaban como 20 largos minutos (120 millones de años) dominando la vida en este planeta. El enorme y terrible Tyrannosaurus Rex era como un gallo de pelea sin plumas y con rabo, con dos alitas insignificantes y una boca llena de dientes y era del tamaño de una casa. Se fueron toditos, de repente. Se piensa que un meteorito grande impactó la Tierra por el área de Yucatán y levantó una cantidad de polvo tremenda que tapó el sol, se puso como una noche sucia y eterna por suficiente tiempo para matar la vegetación y morir de hambre los animales. Chicxulub se llama el lugar en Yucatán donde impactó el meteorito, y hablan de eso en la película "Don't look up".


Tres cuartas partes de las especies de plantas y animales desaparecieron, pero algunos sobrevivieron, como los tiburones y otras especies marinas. Las cucarachas también sobrevivieron, y otros insectos. Entre las especies que no desaparecieron en aquella extinción estaban unos ratoncitos o güimos primitivos, vertebrados, cubiertos de pelaje lanoso y con la hembra dotada de sabrosas tetas con que alimentar de leche a sus crías, o sea, mamíferos. Ya que no anda el gigantesco T-Rex cazándolos para comer, esas especies de mamíferos siguen evolucionando ahora de manera más abundante y diversa. Una de sus ramificaciones se desarrolla viviendo en los árboles, con visión estereoscópica y manos articuladas con cuatro dedos y un pulgar opuesto, cada dedo con su uña en vez de garras, los primates. La visión estereoscópica, dos ojos uno al lado del otro en el frente de la cara nos permite mejor apreciación de profundidad y tres dimensiones, apropiada para la vida en los árboles,  contrario al caballo, por ejemplo, que tiene visión monocular mejor adaptada para divisar amenazas en la pradera. Y  las manos con dedos hábiles nos permiten agarrar y manipular cosas, contrario a las patas del perro o las pezuñas de las cabras y los caballos. 


Con el tiempo, a razón de 100,000 años por segundo, ya faltando pocos minutos para las doce campanas del Happy New Year!, algunos de esos primates bajan de los árboles y empiezan a aprender a caminar en dos patas. Ya durante el último minuto empiezan estos primates a elaborar herramientas; palos afilados, macanas de huesos con puntas de piedra. 

Entra así en escena el homínido, lejano antepasado de todos nosotros.


La totalidad de la experiencia humana, el tiempo entero de homo sapiens con toda su pre-historia y sus eventuales civilizaciones, desde Babilonia, las pirámides de Egipto, Grecia, Roma, el Renacimiento europeo y el mundo moderno, todo eso ocurre durante las últimas milésimas del último segundo de tiempo, luego de las 23 horas con 59 minutos y 59 segundos, faltando el último segundo antes de las 12 campanas, las 12 uvas, el Happy New Year o Japi Niuyiar o como le quieran llamar de este nuestro día imaginario, el Día I. 


Vamos ahora al Día II.




                              Día II


En este nuestro segundo día imaginario vamos a usar una escala de tiempo donde cada segundo equivale a un milenio, o sea, 1,000 años por segundo. De esa manera nuestro día arranca a las 0:00:00 de la madrugada hacen 86 millones 400 mil años atrás. Los dinosaurios todavía andan por ahí dominando el planeta entero.


No es hasta las 5:40 de la madrugada, casi a punto de salir el sol, que viene el impacto del gran meteorito en Chicxulub y provoca la quinta y más reciente extinción masiva de especies. Dinosaurios, addio. Bonanza para los diminutos y primitivos mamíferos que de alguna manera se las arreglaron para sobrevivir.


Image_5.jpeg


Comentarios

Entradas populares de este blog

Introducción a Le Chango Prieto

   Aquellos que me conocen, ya sea en persona o amistades que hemos desarrollado en las redes, saben que yo soy un bocón y que meto la cuchareta a opinar en cualquier tema que surja por ahí. Saben además que toda esa boconería viene adornada de lenguaje fuerte, soez a veces, y que no me importa mucho cuanta incomodidad eso pueda causar a los que van en la guagua de los Ofendidxs R Us ni menos la rabieta que le pueda ocasionar a la Policía de lo Correcto.   Yo me cago en la censura, de verdad, me apesta. Defiendo a brazo partido la libertad de expresión, cada cual que diga lo que le venga en gana, con las palabras que quiera usar y donde sea que se encuentre parado. Por supuesto que estoy dispuesto a recibir la misma cantidad de ofensas verbales y peores también. Sí, ya lo creo que sí, hace muchos años aprendí que uno va con dos bolsos, uno para dar y otro para recibir. Entiéndase, claro está, que esa libertad de expresión no es total y absoluta. Hay cosas que sencillament...